La verdad es que lo veía venir desde los 7 u 8 años. No me faltaban amigxs, sacaba buenas notas, familia tradicionalmente estructurada, si que tenía algo de tendencia a la hipérbole y al drama... Pero ya empezaba a sentirme "impar", un poco como el ex-planeta Plutón y su reviradísima órbita. ¿Que a todo el mundo le gustaba el futbol? yo era de ciclismo ¿Bakalao, Extremoduro o Su Ta Gar? yo siempre con el puto Elvis que no le gustaba a nadie.
"Esto es música como de andar perdido por el desierto"
Todavía me duele la puñalada por la espalda que me asestó el que fuese el primer amigo que tuve. Desde los 3 años habíamos estado compartiendo las galletas que traía para el recreo, podría decirse que me enseñó lo suficiente para poder decir que se jugar al futbol, incluso me contó cuando teníamos 5 años que el sexo era la peor enfermedad que existe (¿que coño habría oído el tronco en su casa?). Aún se me escapa que es lo que pasó entre el 96 y el 97, que se empezaba a ir todo a tomar por culo y fue precisamente mi primer amigo el que me remató a primeros del 98.
Pues por mi parte no hubo lágrimas
Después de mi particular desastre del 98 parecí remontar el vuelo, pero al ir terminando los estudios hubo la inevitable desbandada. Fue en este periodo de inicios del siglo XXI cuando entré a saco (nunca mejor dicho) en ese mundillo de punk rock, noche y desenfreno. Me encantaba esa oscura rabia que emanaban las canciones de Eskorbuto y las hice mi biblia. Recuerdo que en julio de 2002 cogía un pollo a medias con otro colega y en agosto ya me cogía 5 para mi.
De 2002 a 2006 fueron los años de triunfar en el amor y después de aquello el desenfreno más desenfrenado, los juergones con Eneko Skinhead, con Pollos, Muñekos Rotos, y esas historias que ya más o menos conocéis todos. ¿Cuál era la intención de esta entrada? Pues no tengo ni puta idea, quizá un experimento. Tal vez mi sensación de vacío es porque los que yo llamo amigos tampoco saben nada de mi aparte de mis primeras capas de mierda.
Podría ser un gran paso cambiar la autocompasión por la autocrítica
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