miércoles, 20 de julio de 2016

Desechable ad E.T.T.ernum

Me han vuelto a llamar para trabajar, vía E.T.T. Debería estar happy y pegando botes, pues voy a tener un sueldo. Pero, koño!! llevo en la misma situación en esa empresa desde hace casi 10 años y la verdad es que no veo expectativas de promoción o de futuro. Me carcome ver cada día que hay gente inútil con puestazo asegurado, pero es que la pléyade de pelotas, comepollas, trepas y gelipollas, tiene el poder.


Pongamos que la empresa se llama "Bosteko" y que está situada entre el municipio más poblado de la comarca y el menos extenso. Estábamos en enero de 2007 la primera vez que entré allí. No había crisis. Era habitual ver currelas jóvenes conduciendo Golfs GTI o BMWs y pirándose de vacaciones a Punta Cana. Comencé en el puesto de empaquetado, que según decían era el más duro de todos. A mi eso me daba igual, también era donde más rápido pasaban las 8 horas y tras perder un poco de peso sentía que me comía el mundo.


La verdad es que parecía que me había afianzado en el puesto y llegamos a verano de 2008, quiebra de Lehmann Brothers y estalla la crisis. Yo había preguntado a final de julio si habría trabajo en septiembre... se me dijo que sí, pero la llamada nunca llegó, no hubo pelotas a decirme a la cara que me había quedado sin trabajo.


Volví a recibir la llamada en verano 2010, esta vez me iban a poner en máquinas, lo cual me daba buena espina, pues había gente que estaba para jubilarse y tal. Me tiré allí una buena tanda de tiempo, pero a pesar de las buenas labores de algún que otro enlace sindical, volví a ostiarme de nuevo con el muro del paro. Desde aquel momento, llamadas intermitentes y nunca más de dos meses trabajando. Cada vez es más evidente que son capaces de realizar el mismo trabajo con menos gente y las relaciones entre los trabajadores están enrarecidas, así con los currelas enfrentados entre sí, los jefes hacen y deshacen a su antojo. Por lo que a mi respecta, me he dado cuenta de que no me van a contratar jamás. Eso significa que por mi parte se acabaron las bajadas de pantalones, los "si, señor" y las buenas caras. Si es que hay futuro, el mío no está allí.




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