Al final dimos un buen concierto, a pesar de los tragos o los factores externos. El documental y la charla-debate tuvieron una buena acogida, aunque llegamos a pensar que íbamos a ser cuatro gatos. Ahí estaban mis fotos, a la entrada, que me hicieron recibir algún piropo.
Hubo algún amago de que empezase a cundir el pánico porque el amplo de bajo no llegaba y Penadas que tardaron un poco en empezar. También es mala suerte que Partysanos por sorteo tocábamos en último lugar. La maldición de Muñekos Rotos persiste. Penadas estuvieron potentes, Subrats contundentes, la gente flipando lo que pueden llenar tan solo una guitarra y una batería. The Mentes & Kamikazes pusieron el punto exótico al sacar un contrabajo, a cargo de Kerman, un tío de mención obligatoria si se habla o escribe sobre el Rock'n Roll en Bilbo.
Tocó el turno a Partysanos y a pesar de no estar todo lo finos y atinados que podíamos creo que divertimos a la gente y me gustó mucho el ver bailar en primera fila a gente de todo tipo y edad (Pili y Ran, Ran y Pili), gente que no nos había visto aún, como Eneko & Ceci y coño! estuvo bien tener a Pollos y Nafi también dándolo todo. Vir se estrenó con las luces.
Dj Ysa mantuvo al Rock'n Roll con vida hasta que llegó la hora de terminar.
No es oro todo lo que reluce y me afecta de sobremanera el pasar en apenas media hora del todo a la nada. Cuanto mejor es el concierto, mayor es la sensación de soledad que me invade. Hay veces que parece que absolutamente nadie ve o percibe las cosas como yo, o simplemente que estoy dejando de ser un ser humano. Voy a poner unas cancioncillas que vienen a cuento aunque tampoco creo que a nadie le importe.
El día que la bomba estalle...
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